Asignatura: Química
Profesor:Luis rondón
En la asignatura de Química el profesor
Luis mando a los estudiantes de 3año
sección “A” realizar diversos experimentos casero con componentes químicos como cierre de
proyecto de aprendizaje. Tomando como estrategia promover el uso de
herramientas tecnológica debemos grabar videos en el aula de clases
de diferentes experimentos casero como por ejemplo como formar lejía,
crema hidratante, protector solar, colonia e incluso yogur
Fabricación de hipoclorito sódico: lejía casera con una pila y agua con sal
En esta entrada os mostraremos
el montaje paso a paso de un curioso aparato casero para la
producción de hipoclorito sódico por electrolisis (lejía o
lavandina). Se trata de una celda electrolítica que podemos fabricar
en casa con materiales corrientes, muy fáciles de conseguir.
En concreto, vamos a
necesitar:
– Una botella
de plástico de 500 ml (puede
ser de distinto volumen).
– Cloruro
sódico (sal de cocina) y agua
destilada (puede ser del grifo,
yo he empleado agua destilada por costumbre).
– Cable
de cobre
– Minas
de grafito. Usaremos una mina
extraída de un lápiz corriente para el cátodo y una mina más
gruesa, de dibujo artístico, para el ánodo.
– Una
o dos pilas de 9 voltios (las
que tienen forma de paralelepípedo).
Lo primero que haremos será
fabricar nuestros electrodos, conectando un cable de cobre a cada una
de las minas y asegurando que hace buen contacto protegiéndolo con
cinta aislante. Se muestra uno de ellos en la fotografía siguiente:

A continuación colocamos los
electrodos en la botella. El montaje rudimentario que realizaremos
quedará tal y como se muestra en la siguiente imagen:

Una vez que introducimos la
disolución de NaCl en la botella (debe estar saturada, sabiendo que
100 ml de agua son capaces de disolver en torno a 36 gramos de
cloruro sódico), conectaremos una pila de 9V o varias pilas de 9V en
serie, tal y como hemos hecho nosotros. Como ves, hemos puesto el
sistema en una campana extractora de gases, para evitar el peligro
por desprendimiento de cloro gaseoso:

Como podéis ver, tenemos un
electrodo grueso atravesando el tapón de la botella. Este electrodo
es el ánodo, de polaridad positiva (debéis conectarlo al polo
positivo de la pila), y en él se producirá la oxidación del
cloruro a cloro. También tenemos un electrodo fino y horizontal que
es el cátodo, de polaridad negativa (lo debéis conectar al polo
negativo de la pila) y en él se producirá la reducción del agua.
El proceso químico que tendrá
lugar en nuestra celda electrolítica es el siguiente:
Ánodo –
Semirreacción de oxidación
Hacia el ánodo, que es
positivo, se dirigirán los aniones cloruro, y en la superficie del
mismo tendrá lugar su oxidación de Cl- a Cl2, según:
2Cl(-) –> Cl2(g) + 2e
Y ¡OJO! Aquí viene la parte
peligrosa: el cloro es un gas muy tóxico. Durante nuestra
electrolisis se desprenderá parte del mismo (otra parte, la máxima
posible, se convertirá en hipoclorito, ClO(-)), por lo que es
necesario tener el aparato en un lugar muy bien ventilado, por
ejemplo en el balcón o la terraza.
Atención: el cloro es un gas muy tóxico. Asegúrate de realizar el proceso en un lugar ventilado.
Cátodo –
Semirreacción de reducción
Podríamos pensar que hacia el
cátodo, que es negativo, se dirigen los cationes Na(+) del cloruro
sódico y se reducen a Na. Sin embargo, el potencial estándar de
esta reducción es muy negativo (el Na es muy muy reductor) por lo
que la reducción que tiene lugar en realidad es la reducción del
agua, según el siguiente proceso:
2H2O + 2e –> H2(g) +
2OH(-)
Como podemos ver, en el cátodo
se produce hidrógeno gaseoso, por lo que también veremos un
burbujeo en el mismo.
El hidrógeno es un gas muy inflamable, por lo que debemos mantener nuestra celda electrolítica lejos de cualquier fuente de ignición.
Asimismo se van produciendo
iones hidroxilo, es decir, la disolución inicial de NaCl se va
conviertiendo progresivamente en una disolución de NaOH.
Producción de la
lejía o hipoclorito sódico
En realidad, como hemos visto,
el hipoclorito no se produce por electrolisis. Los productos de la
electrolisis son, principalmente, Cl2 y OH(-). Pero estos dos
productos, si están en contacto durante el tiempo suficiente,
reaccionan para dar hipoclorito, ClO(-). Es por este motivo por el
cual ponemos el ánodo, donde se produce el cloro, en la parte
inferior: para que el recorrido del Cl2 hasta alcanzar la superficie
de la disolución y liberarse a la atmósfera sea máximo. Así le
damos tiempo a reaccionar con OH(-) y dar ClO(-) antes de que
“escape”.
Tendremos la celda
electrolítica en marcha durante 24 horas aproximadamente. Pasado
este tiempo, la concentración de hipoclorito en nuestra disolución
ya será apreciable por el olor, pero podemos probar si, en efecto,
tiene las propiedades esperables. La forma en que nosotros hemos
comprobado que realmente “funcionaba” nuestra lejía, ha sido por
su capacidad para oxidar la tinta (éste es el motivo de que elimine
las manchas). Para esta comprobación hemos puesto tres vasitos de
precipitados con agua y una gotita de tinta de 3 colores: morado,
negro y rojo. Después, al lado, hemos puesto 3 vasitos de
precipitados con el mismo volumen, pero no de agua, sino de nuestra
disolución de ClO(-), y hemos agregado también una gotita de la
misma tinta. Pasado un cierto tiempo, aquí tenéis el resultado:

La tinta negra se resiste un
poco (¡dichosas manchas!) pero… ¡Funciona! ¿Veis cómo ha
decolorado por completo la tinta morada y la roja?
Ya podéis limpiar vuestra
casa con la lejía que habéis fabricado, que no va a quedar viva ni
una sola bacteria, pero cuidado a las salpicaduras en la ropa, ¡que
también decolora! (Por suerte para el éxito de nuestro
experimento).
Y, si tenéis que realizar
alguna estrategia de supervivencia o viajar a algún lugar del mundo
donde el acceso al agua potable sea complicado, no olvidéis echar
dos electrodos y un par de pilas en la mochila. Pesan poco y os
pueden sacar de un buen lío
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