I. Géneros literarios
Se denomina género literario a cada una de las
clases en que se dividen los textos literarios, escritos por los autores
con una finalidad determinada. Cada género literario comprende, a su
vez, otros subgéneros literarios.
Cada género tiene sus rasgos característicos:
-
Género lírico: Se usa para expresar sentimientos y para ello,
emplea generalmente el verso.
-
Género narrativo: Se utiliza para
presentar historias realizadas por personajes que pueden intervenir
mediante el diálogo. El narrador cuenta la historia y para ello puede
utilizar distintas formas de elocución, esto es, la narración, la
descripción, la exposición o la argumentación.
-
Género dramático: Es aquél destinado a
ser representado ante unos espectadores. Los personajes intervienen sin
la mediación de ningún narrador, siguiendo las indicaciones sobre
vestuario, gestos, movimientos, etc. que contienen las acotaciones del
texto teatral.
Llamamos subgéneros literarios a cada uno de
los tipos de textos que se incluyen en los anteriores géneros señalados,
caracterizados porque todos tienen rasgos comunes del género al que
pertenecen.
Los principales subgéneros son los siguientes:
-
-
Canción: poema de tema amoroso.
-
Elegía: poema en el que se llora la muerte de un ser querido.
-
Oda: poema que trata un tema serio y elevado.
-
Sátira: poema utilizado para ridiculizar a alguien o a algo.
-
Égloga: poema extenso con temas de la naturaleza y ambiente pastoril.
-
-
Cuento: narración breve con pocos personajes y con el tiempo y espacio escasamente desarrollados.
-
Novela: narración más extensa y
compleja que el cuento donde aparece una trama complicada o intensa,
personajes sólidamente trazados, ambientes descritos pormenorizadamente,
con lo que se crea un mundo autónomo e imaginario.
-
Poema épico: Relata las hazañas heroicas con el propósito de glorificar a una patria. Por ejemplo,
La Eneida, de Virgilio.
-
Cantar de gesta: Poema escrito para ensalzar a un héroe. Por ejemplo, el
Poema de Mío Cid.
-
Romance: Poema épico-lírico usado para narrar hazañas o hechos de armas.
-
-
Comedia: Desarrolla conflictos divertidos y amables, con personajes pertenecientes al mundo de la normalidad.
-
Drama: Los personajes luchan
contra la adversidad, que suele causarle gran daño. Pueden intervenir
elementos cómicos y entonces toma el nombre de tragicomedia.
-
Tragedia: Presenta terribles
conflictos entre personajes de alta alcurnia –reyes, héroes- que son
víctimas de terribles pasiones que les llevan a la destrucción y a la
muerte.
-
Otros subgéneros dramáticos: el auto sacramental, el entremés, el
paso, el melodrama, etc.
II. El cuento
El cuento tiene como rasgo principal la
brevedad, la intensidad y la simplicidad en el tratamiento de sus
elementos: personajes, espacio, tiempo, acción, etc.
Así, los personajes suelen ser perfilados de
forma simple y esquemática y se dan pocos detalles de
ellos. La acción también es sencilla y suele mostrar un orden
lineal, es decir, se desarrolla siguiendo un orden cronológico. El
espacio en que se ambientan suele ser muy escasamente caracterizado.
-
En cuanto a su modo de composición y autoría, podemos distinguir dos clases de cuentos, fundamentalmente:
-
Cuento tradicional y popular: A
veces es una creación colectiva que ha perdurado sobre todo a través de
la transmisión oral y que perdura con variantes; otras veces puede ser
obra de un autor conocido, pero haberse “popularizado” gracias a los
medios de comunicación.
-
Cuento literario:
De autor conocido, escrito con mayor elaboración y con vocación de
forma escrita. Suele mostrar más elaboración en sus elementos:
tiempo, lugar, personajes, etc.
-
Por su estructura, podemos hablar de:
-
Cuentos con marco: narraciones independientes relacionadas entre sí por otra historia que las encuadra, como por ejemplo,
Las mil y una noches.
-
De acuerdo a la intención, nos encontramos los siguientes tipos de cuentos:
-
Leyendas: Relatos en los que se
narra como real un suceso extraordinario y que surgen para explicar lo
inexplicable o el origen de un personaje que será importante en un
relato legendario. Para darle ese tono de realidad, estos relatos se
sitúan en lugares y tiempos precisos.
-
Mitos: Muy relacionados con las
leyendas, son un tipo de relato que trata de explicar misterios
relativos al origen del mundo, de los seres humanos, de la Naturaleza o
de lo inexplicable. Para ello, cada pueblo o cultura elabora sus propias
historias. El conjunto de mitos forman la
mitología de cada cultura.
El mito y el cuento tradicional comparten rasgos en cuanto a
su sencilla composición. No obstante, el cuento pretende entretener y
el mito explicar algo o establecer una pautas sociales de comportamiento
entre los miembros de una comunidad.
-
Ejemplos y apólogos: Son relatos alegóricos de los que se desprenden una enseñanza o consejo. A este tipo pertenecerían las fábulas, es decir,
narraciones generalmente en verso, en las que sus personajes son animales que hablan y se comportan como personas.
-
En cuanto a la técnica empleada, distinguimos:
- El cuento fantástico, que cuenta historias situadas fuera de los límites de lo cotidiano.
- El cuento realista, que nos muestra un mundo semejante al real.
III. La novela
La novela integra de forma más compleja que el cuento
los elementos narrativos que la forman: personajes, acción, espacio,
tiempo, desarrollo, etc. Así los personajes son caracterizados tanto por
sus acciones como por sus reflexiones; la acción no siempre es única, sino
que se multiplican o intercalan; el orden adquiere diversas formas, dándose
anticipaciones o retrocesos en la historia.
Podemos señalar varios tipos de novelas:
novelas de aventuras, históricas, de ciencia-ficción, novelas policíacas,
de amor, de detectives, de terror, fantástica...
IV. Elementos de la narración
El punto de vista
El narrador es el
sujeto que, desde un punto de visto concreto, cuenta los hechos de la
historia, presenta a los personajes, los sitúa en un espacio y tiempo
determinados, observa los hechos que le rodean y muestra su forma de
pensar y su forma de comportarse. La manera de contarlo todo es
importante para la comprensión de la historia.
Entre los distintos tipos de narrador, señalamos los siguientes:
-
Narrador en 1ª persona: Cuando quien cuenta lo hechos participa en la historia que cuenta. Distinguimos dos clases:
-
Narrador-protagonista: La historia la narra el personaje principal.
-
Narrador-personaje
secundario: Narra la historia un personaje secundario, que participa en la historia pero no es el protagonista.
-
Narrador en 2ª persona: Cuando el narrador cuenta los hechos a un tú que a veces puede ser él mismo,
de tal manera que se desdobla. Es una técnica que aparece en la novela contemporánea.
-
Narrador en 3ª persona: Cuando quien cuenta la historia está fuera de ella. Encontramos aquí, también, dos clases:
-
Narrador objetivo: El narrador es
un mero testigo de los hechos y se limita a narrar aquello que ve, sin
poder entrar en el interior de los personajes.
-
Narrador omnisciente: El narrador describe lo que los personajes ven, sienten o piensan. Lo conoce todo sobre el personaje.
La acción
La acción está formada por todos los acontecimientos y
situaciones que componen una historia. Dichos acontecimientos se pueden
organizar en núcleos con cierta autonomía, llamados
episodios.
El conjunto de acontecimientos y hechos de la historia se denomina también
argumento. La forma de organizar dichos acontecimientos se denomina trama.
Los personajes son aquéllos que realizan las acciones que
relata el narrador.
Por su importancia en el desarrollo de dicha acción, los personajes pueden ser
principales o secundarios. Dentro de los principales se encuentra el
protagonista, que es el personaje más importante de todos. A su oponente se le denomina
antagonista.
La caracterización de los personajes se puede realizar de diversas maneras:
-
Por caracterización directa: El
narrador, el mismo personaje u otro personaje, bien en bloque, bien
gradualmente, describen directamente el físico, el carácter o cualquier
otro dato del personaje.
-
Por caracterización indirecta: El
personaje va siendo conocido por el lector mediante sus reacciones, su
forma de hablar, sus actuaciones, etc., sin que nadie lo describa.
Los elementos de la narración se organizan para forma
un todo interrelacionado. De manera general, distinguiremos tres partes en
una narración:
-
Planteamiento: Es la parte inicial del relato
donde se proporciona la información necesaria para que se desencadene
la acción posterior.
-
Nudo: Es el momento de mayor complejidad de la
historia y donde se continúa lo iniciado en el planteamiento.
-
Desenlace: Es el episodio final en el que se
resuelve o finalizan los conflictos. A veces el final puede quedar
abierto.
El tiempo
El tiempo es el elemento de la narración que tiene en
cuenta la duración, sucesión y ordenación en que se producen los
distintos acontecimientos.
-
La duración del tiempo
puede ser diverso: varios años, un día, unas horas...:
-
El tiempo es largo cuando se presenta un
período de tiempo muy amplio, muchas veces de años.
-
El tiempo es corto
cuando lo narrado ocupa pocas horas.
-
El orden temporal de los
acontecimientos puede presentarse de diversas maneras:
-
Desarrollo lineal: Los hechos se presentan
con el orden cronológico en que se produjeron.
-
In media res: La narración se inicia en
un punto intermedio de la historia y se van relatando hechos
anteriores y posteriores.
-
Flash-back: La
narración empieza por el final y retrocede al pasado.
-
De acuerdo a la percepción
que se tiene del tiempo, éste será:
-
Tiempo objetivo: Es el tiempo que se puede
medir por el reloj: horas, días...
-
Tiempo subjetivo: Es la
percepción que se tiene del paso del tiempo; a veces, una hora se
hace interminable.
-
En cuanto al ritmo de la
historia, es decir, la relación entre lo narrado y la forma de
narrarlo, podemos hablar de:
-
Ritmo rápido: cuando los hechos o
acontecimientos se suceden con rapidez y abundancia.
-
Ritmo lento: cuando la narración se
demora en descripciones y reflexiones, de tal modo que los
acontecimientos son escasos.
El espacio es el componente narrativo que se
refiere al lugar en el que se desarrolla la acción y por el que se
mueven los personajes. Puede haber espacios urbanos, rurales,
domésticos, idealizados...
-
El tratamiento del espacio puede ser diverso:
-
Cuando las indicaciones espaciales son mínimas.
-
Cuando el espacio cobra una especial
importancia en la narración, dado que está muy relacionado con la
evolución del personaje (por ejemplo, en los libros de viaje).
-
Cuando el espacio
físico determina la historia y se convierte en un personaje más (por
ejemplo, la selva, el Oeste, la ciudad, etc.).
-
En relación con la realidad puede ser:
-
Espacio real: Corresponde con lugares auténticos e identificables.
-
Espacio imaginario: No existe en
la realidad pero ha sido creado a partir de lugares similares de la
realidad. Aunque no es auténtico, contiene elementos reales o posibles
(por ejemplo, Vetusta, en
La Regenta, de Clarín).
-
Espacio fantástico: No existe ni tiene relación con espacios reales (por ejemplo, los lugares de las novela de ciencia-ficción).
-
V. Estilo directo y estilo indirecto en la narración
El diálogo entre los personajes aparece con
frecuencia en los textos narrativos. La forma de introducir dicho
diálogo puede hacerse de acuerdo a los siguientes procedimientos:
-
Estilo directo:
Cuando los personajes hablan directamente y, por tanto, se transcriben
literalmente sus palabras, introducidas por un guión y aclaradas, a
veces, por el narrador mediante un verbo de lengua –decir, responder,
aclarar, etc...-
«-No sirvo para nada –decía aquel hombre con el gesto abatido.»
-
Estilo indirecto: Cuando las palabras
del personaje no son transcritas literalmente, sino que mediante una
oración subordinada dependen de un verbo de lengua y son modificadas,
adaptándolas a las coordenadas temporales del narrador:
«Aquel hombre, con el gesto abatido, decía que no servía para nada.»
VI. Tipos de elocución en la narración
Tipos de elocución
Cuando nos expresamos por escrito, podemos hacerlo utilizando las siguientes formas de elocución:
-
Narración: Para contar hechos.
-
Diálogo: Para reflejar las palabras que los interlocutores pronuncian en una conversación.
-
Descripción: Para expresar cómo es algo.
-
Exposición: Para presentar nuestras ideas.
-
Argumentación: Para defender, razonándolas, nuestras ideas.
La narración puede contener, además del que le
es propio, los otros tipos de elocución existentes, esto es, puede
incluir el diálogo entre los personajes, pasajes descriptivos o diversas
reflexiones en las cuales puede utilizarse la exposición y
argumentación de ideas.
Tiempos verbales en la narración
En esta breve introducción, queremos poner de
manifiesto la relación de algunos tiempos verbales con algunas de estas
formas de elocución:
Tipo de elocución |
Tiempo verbal |
Narración |
- Pretérito Perfecto Simple
|
Descripción |
- Pretérito imperfecto de indicativo
- Presente de indicativo
|
Diálogo |
|
VII. Tópicos literarios
Se denomina tópico literario o lugar común a un
motivo temático que se originó en la antigüedad y se ha ido
transmitiendo en el tiempo.
Presentamos aquí algunos de los más conocidos:
-
Carpe Diem: Expresión latina que
significa «atrapa el día», es decir, vive el momento. Aconseja
aprovechar los beneficios de la juventud antes de llegar a la vejez.
-
Ubi Sunt: Tema medieval que consiste en recordar
(«¿Dónde están?») a personas o sucesos ya pasados para destacar la fugacidad de la vida y el paso del tiempo.
-
Beatus Ille: Se utiliza para alabar los placeres del campo frente a la vida atormentada e inquieta de la ciudad.
-
Locus Amoenus: Consiste en la descripción idealizada
(«lugar ameno») de la naturaleza.
VIII. Figuras literarias
Un tipo especial de recursos literarios son las
figuras literarias o figuras retóricas, las cuales son mecanismos
utilizados por el escritor para embellecer el lenguaje y manipular su
pensamiento o su manera de escribir, dando un sentido figurado, no
denotativo, a sus palabras. Más que aprenderlas de memoria, conviene
apreciar su sentido de extrañeza y fuerza expresiva. Comentamos la
figura aparecida en las actividades de este bloque:
Metáfora: Consiste en
identificar, porque entre ellos haya alguna semejanza, el término real con
el término imagen, sin nexo comparativo:
Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar a la mar.
( Jorge Manrique)
IX. Nociones de métrica
Como vimos en la unidad anterior, el verso es la unidad fundamental de los textos poéticos.
El verso es un grupo de palabras marcadas por
una medida, un ritmo y una rima. Un conjunto de versos forman una
estrofa, y varias estrofas forman un poema.
Los versos, según su medida, se pueden dividir en dos grandes grupos:
Los versos mayores de 12 sílabas, además de ser de arte
mayor, son versos compuestos, los cuales están formados por dos hemistiquios
que, al medir, funcionan como versos independientes y, por tanto, habrá de
aplicárseles las mismas licencias métricas y reglas de acentuación que a
éstos.
En cuanto a la rima, los versos pueden ser:
-
De rima consonante o total: Si, desde de la última sílaba
acentuada, riman vocales y consonantes.
-
De rima asonante o parcial: Si, desde la última sílaba acentuada,
sólo riman las vocales.
A la hora de medir los versos hay que tener en cuenta
las licencias métricas y la acentuación de la última
palabra del verso.
-
Licencias métricas: Son las
modificaciones que sufre la medida del verso al aplicar unos determinados
fenómenos, que son los siguientes:
-
La sinalefa: Consiste en
formar una única sílaba con la última de una palabra que termine por
vocal y la primera de la siguiente que empiece por vocal.
me-ta um-bro-sa
al- va-que-ro-con-ven-ci-do
Góngora. Soledad Primera.
-
Hiato: Consiste en el fenómeno
contrario a la sinalefa, es decir, formar dos sílabas diferentes con la
última de una palabra que termine por vocal y la primera de la
siguiente palabra que empiece por vocal.
y hu-yó-su-al-ma-a-la-man-sión-di-cho-sa
José de Espronceda. El estudiante de
Salamanca.
-
Diéresis: Consiste en
dividir en dos sílabas las vocales que deberían ir en una sola porque
forman diptongo. A veces viene indicada por el poeta con el signo de la
diéresis (¨).
la-del-que-hu-ye el- mun-da-nal-ru-ï-do
Fray Luis de León. Oda a la vida
retirada.
-
Sinéresis: Consiste en lo
contrario de la diéresis, es decir, en la unión, para formar una
sílaba métrica, de dos vocales contiguas que no forman diptongo en el
interior de una palabra.
de-noc-tur-no-Fae-tón-ca-rro-za
ar-dien-te
Góngora. Soledad Primera.
-
Acentuación de la última
palabra del verso
-
Cuando la última palabra del verso es aguda, se
suma una sílaba al cómputo de las sílabas del verso.
-
Cuando la última palabra del verso es llana,
esto no afecta al cómputo de las sílabas del verso.
-
Cuando la última palabra del verso es esdrújula,
se resta una sílaba al cómputo de las sílabas del verso.
X. Introducción a la literatura española
Mantenemos este epígrafe siguiendo el criterio
utilizado en 1º de ESO,
el cual no nos lleva a una exposición cronológica de las obras y
autores de la literatura española, sino que, dado el carácter práctico
de estos materiales y el curso en que nos encontramos, se incluyen
únicamente las referencias a obras y autores necesarias para la
realización de las actividades.
Teatro
Lope de Rueda
(Sevilla, 1505 – Córdoba, 1565) fue uno de los autores de teatro más
famosos del siglo XVI. Especialmente conocidos son sus pasos, piezas
breves y cómicas que se incluían en sus comedias de mayor extensión, con
las que no guardaban ninguna relación argumental. Aunque muchos parten
de fuentes italianas, tienen muchos elementos populares (refranes,
chascarrillos, anécdotas, burlas, chistes, etc.) que le proporcionaron
un éxito popular.
Poesía
Si bien temáticamente pertenecen al género
narrativo, puesto que narran historias o peripecias entre unos animales
que hablan y se comportan como humanos, formalmente, las fábulas, en su
mayoría, adoptan el verso para su materialización.
Félix María Samaniego (Laguardia, Álava, 1745 – 1801) es, junto con Tomás de Iriarte (1750-1751), el fabulista por excelencia del siglo XVIII. Sus
Fábulas morales, publicadas en 1781 para instruir a sus
alumnos es una colección de 137 poemas que toma sus temas de Esopo,
Fedro, La Fontaine y John Gay.
Narrativa
Wenceslao Fernández Flórez (A Coruña, 1879- Madrid, 1964) se desvió de la vertiente realista de la narrativa que se producía en España en el
primer tercio del siglo XX, tal como lo demuestra con
El bosque animado (1943) donde nos muestra una visión idílica y romántica de Galicia, con sus curanderas, bandoleros y leyendas.
Antonio Martínez Menchén
(Linares, Jaén, 1930), autor adscrito a la vertiente del realismo
social de los años 50 y 60, comienza a escribir obras juveniles en 1985,
entre las que se incluyen, además
de Con el viento en las velas, otras como La espada y la rosa, ambientada en la Edad Media.
Con el viento en las velas se sitúa al comienzo del siglo
XVIII. Allí, Guzmán, un joven andaluz, se embarca como polizón en un
barco negrero huyendo de su madrastra. A partir de ese momento vivirá
peligrosas aventuras al tiempo que descubre un mundo más avanzado que el
suyo gracias a un particular pirata, el Capitán Williams y su ayudante,
el doctor Godwin. En la novela se mezcla la aventura y la reflexión
sobre temas filosóficos y sociales enmarcados dentro de los parámetros
de la ideología del siglo de las Luces.
José María Merino (A Coruña, 1941)
conjuga el gusto por narrar con la experimentación técnica. Igualmente
mezcla realidad y fantasía, lirismo y parodia en su narrativa en la que
cultiva tanto la novela como el cuento, del que es un importante
representante en las últimas generaciones de narradores. También cultiva
el relato de temática juvenil con obras como
El oro de los sueños, ambientada en la época de la conquista
americana, y en la que el joven mestizo Miguel Villacé Yolotl participa
en la búsqueda de un reino misterioso del que se cuentas fabulosas
historias de oro y riqueza. Las peripecias que sufre en la búsqueda le
ayudan también a conocerse mejor a sí mismo.
Luis Mateo Díez
(Villablino, León, 1942) muestra igual dominio técnico en el ámbito
narrativo que el anterior escritor, compañero de generación. Cultivador
también de diversos subgéneros narrativos, con
Relato de Babia entronca con el carácter oral del género,
así como reconstruye un mundo mítico cercano a la geografía en que vivió
su infancia. En el libro se mezcla, pues, lo mítico y lo narrativo, lo
lírico y el recuerdo del mundo leonés en que vivió.
José Ferrer Bermejo (Alcalá de Henares, 1953) pertenece a la generación de la nueva narrativa española. Además de la novela
El globo de Trapisonda (1985 ) destaca como autor de varios libros de cuentos
–Incidente en Atocha (1982), El increíble hombre inapetente y otros relatos
(1982) y La música de Ariel Caamaño (1992)- en los cuales mezcla la imaginación, la fantasía, el humor y la parodia.
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